¡No! Antes de empezar, es bueno empezar respondiendo que no. Ha habido varias investigaciones serias que intentaron comprobar la relación entre el genoma y la atracción por uno u otro sexo, pero los resultados, como era de esperar, no fueron positivos.
En ese sentido, hay poner el acento en que las influencias psicosociales, las experiencias infantiles, las identificaciones tempranas, tienen un gran peso en la determinación de la atracción sexual.
En este sentido, y en otro nivel, hay que entender que una cosa es la diferencia anatómica sexual y otra muy distinta la orientación del deseo, de la inclinación sexual en este caso, que pueden no coincidir.
Y para colmo, para quién creía que la orientación sexual, la atracción sexual, estaba determinada genéticamente, debemos decir que esta "elección" nunca termina de concretarse definitivamente, ya que permanentemente estamos siendo atravesados por nuevos etímulos afectivos.
Para que se entienda bien, desde nuestra metapsicología debemos hablar siempre de una bisexualidad constituyente en terminos afectivos, que puede ir desde el afecto tierno hasta el deseo sexual.
Aún más, podemos pensar mejor en un polimorfismo pre-constituyente, a partir del cual se van conformando nuestros deseos, identificaciones e inclinaciones desde vínculos tempranísimos que van preformando o performando nuestros deseos.
Actualmente, la ONU, por ejemplo, reconoce el 3er. género aparte del femenino y masculino, así como muchos países, en el sentido de la autopercepción.
Podemos ver que actualmente existen diversos géneros como queer, transexual, intersexual, pansexual, transgénero, poligénero... Pero la verdad, es que en cada ser humano existe una sexualidad única marcada por sus propias experiencias de vida, lo que hace que su sexualidad sea única.
¡No! Antes de empezar, es bueno empezar respondiendo que no. Ha habido varias investigaciones serias que intentaron comprobar la relación entre el genoma y la atracción por uno u otro sexo, pero los resultados, como era de esperar, no fueron positivos.
En ese sentido, hay poner el acento en que las influencias psicosociales, las experiencias infantiles, las identificaciones tempranas, tienen un gran peso en la determinación de la atracción sexual.
En este sentido, y en otro nivel, hay que entender que una cosa es la diferencia anatómica sexual y otra muy distinta la orientación del deseo, de la inclinación sexual en este caso, que pueden no coincidir.
Y para colmo, para quién creía que la orientación sexual, la atracción sexual, estaba determinada genéticamente, debemos decir que esta "elección" nunca termina de concretarse definitivamente, ya que permanentemente estamos siendo atravesados por nuevos etímulos afectivos.
Para que se entienda bien, desde nuestra metapsicología debemos hablar siempre de una bisexualidad constituyente en terminos afectivos, que puede ir desde el afecto tierno hasta el deseo sexual.
Aún más, podemos pensar mejor en un polimorfismo pre-constituyente, a partir del cual se van conformando nuestros deseos, identificaciones e inclinaciones desde vínculos tempranísimos que van preformando o performando nuestros deseos.
Actualmente, la ONU, por ejemplo, reconoce el 3er. género aparte del femenino y masculino, así como muchos países, en el sentido de la autopercepción.
Podemos ver que actualmente existen diversos géneros como queer, transexual, intersexual, pansexual, transgénero, poligénero... Pero la verdad, es que en cada ser humano existe una sexualidad única marcada por sus propias experiencias de vida, lo que hace que su sexualidad sea única.